Comunicación con personas difíciles

Tipos de personas difíciles

Hostiles agresivas

Bramson (1997) y Solomon (2002) han descrito el trabajo con personas difíciles Se necesitan capacidades de comunicación especiales para tratar con algunas personalidades, incluyendo los tipos hostiles agresivos, quejumbrosos, negativos, insensibles y excesivamente agrandables. Algunos tipos hostiles agresivos parecen atacar de una forma brusca, abusiva e intimidante, que fuerza a los demás a la aquiescencia en contra de su parecer. Estas personas tienden a saber lo que deben hacer los demás, necesitan demostrarse a ellas mismas que tienen razón y carecen de confianza y afecto. Es importante evitar la confrontación con el individuo hostil agresivo, debido a que tal batalla se perderá probablemente. Aunque se gane una batalla, la ira de la persona hostil agresiva posiblemente aumentará, y se perderá la guerra. Cuando se permanece firme frente a un camorrista es posible convertirse en su amigo. Al enfrentarse con personas hostiles agresivas es importante permanecer firme sin pelearse.

Explosivas

La personalidad explosiva pertenece al tipo de personalidad hostil agresiva. Las rabietas del adulto son la versión aumentada de las rabietas infantiles, que constituyen un mecanismo de defensa para enfrentarse al miedo, la desesperanza y la frustración. Las rabietas de los adultos son respuestas súbitas, casi automáticas, a la amenaza a sus sentimientos.

Las personas actúan de acuerdo con sus percepciones, pero es probable que dos personas perciban la misma situación de forma diferente. El otro individuo puede no darse cuenta de que el explosivo se ha sentido amenazado, y se sentirá sorprendido por el arrebato.

Beligerantes

El beligerante utiliza comentarios despreciativos que son respuestas agresivas a un problema no resuelto. Causa sufrimiento en vez de acciones positivas. Por desgracia, el problema no resuelto empeora, y el estrés consiguiente origina más comportamientos difíciles, como insinuaciones, comentarios no demasiado sutiles y burlas poco graciosas. La labor de los beligerantes se puede prevenir mediante reuniones
periódicas para la solución de los problemas.


Demandantes

Los demandantes pueden dirigirse directamente a usted o se pueden quejar de otras personas «terribles». Las quejas contribuyen a que las personas aparezcan intachables e inocentes, al menos para ellas mismas. No se debe mostrar acuerdo ni discutir las alegaciones, y se debe evitar entrar en el círculo acusación-defensa e acusación. Es preferible exponer y reconocer simplemente los hechos sin comentarios, y después proceder a la solución del problema.

Pasivos


La persona poco participativa no puede o no quiere hablar cuando es necesaria su aportación. Es difícil saber lo que significa su silencio. La estrategia más importante es conseguir que la persona callada hable, para lo que se hacen preguntas de respuesta abierta, se espera con calma la respuesta y no se habla para ocupar el silencio. Si una pregunta abierta no obtiene respuesta, se debe comentar lo que está sucediendo.


Excesivamente complacientes

Las personas extremadamente agradables son igualmente difíciles debido a que parecen estar de acuerdo, pero pueden dejarle a uno en la estacada cuando llega el momento de actuar. Tienen una gran necesidad de ser queridas y aceptadas, y de ayudar a otros a sentirse aprobados, para obtener su propia aprobación.



Bibliografía

Marriner Tomey, A. (2020). Guia de Gestión y Dirección de enfermería (8 ed.). ELSEVIER. Obtenido de https://www.academia.edu/38726815/LECTURA_MARRINER_GUIA_DE_GESTION_Y_ADMINISTRACION_DE_ENFERMERIA

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